23 agosto 2024

Resaca de un verano… o dos décadas de futbol

La culminación de la Eurocopa y la Copa América como grandes estandartes del deporte de este verano dejó un gran número de momentos inolvidables, y también la confirmación de la supremacía de un par de selecciones.

La Copa América evidenció la necesidad de una revisión profunda de la estructura del fútbol mexicano, al menos en su apartado de selecciones nacionales. La eliminación de México en fase de grupos fue la crónica de una muerte anunciada, en la que el entrenador Lozano fue la primera de las piezas sacrificadas. Si bien no es el máximo culpable, nunca tuvo las credenciales suficientes para poder dirigir al seleccionado mayor mexicano.

En contraparte, selecciones como Venezuela mostraron un funcionamiento cercano a su máximo potencial como equipo, lo cual quedó de manifiesto con un liderato en primera fase, haciendo soñar a toda una nación… que, desgraciadamente, está atravesando un proceso político-electoral gravísimo por las implicaciones de un posible fraude y la reelección de Nicolás Maduro.

La selección de Estados Unidos mostró una cara diferente en cuanto a funcionamiento en comparación con el combinado mexicano, pero el resultado terminó siendo el mismo para ambas selecciones: la eliminación en primera ronda y el despido de su entrenador para la llegada de Mauricio Pochettino, quien como máximo logro solo ha obtenido la liga de Francia con el PSG.

Brasil evidenció que, de momento, no cuenta con el talento históricamente esperado. En cambio, Uruguay dejó sensaciones mucho más agradables de juego colectivo, pero terminó cayendo ante una Colombia que, durante todo el torneo, siempre mantuvo un estándar de calidad altísimo. En la final, Argentina demostró que es la mejor selección del continente americano y le bastó en cada uno de sus cruces con el mínimo necesario para avanzar de ronda, incluso para ganar la final. Mención honorífica en este apartado para Lautaro Martínez, que en los últimos años, incluyendo el Mundial de Qatar 2022, había sido criticado y presionado ante la falta de gol en momentos importantes, y que en esta Copa América logró revertir esa situación y darle el gol del campeonato a su selección.

En la Eurocopa nos encontramos con juegos mucho más cerrados y con sorpresas agradables como las de Suiza y Turquía, quienes, a pesar del esfuerzo, no pudieron con la historia y la presión de Inglaterra y los Países Bajos. Aquí, reconocimiento especial para Arda Güler, la joven promesa del Real Madrid, quien dejó un golazo en el anecdotario y un par de asistencias.

Portugal tuvo una primera fase correcta y en la ronda de eliminación le pesó la ausencia de variantes, y también la eterna esperanza puesta en Cristiano Ronaldo, quien por primera vez en un torneo de esta envergadura se fue a casa sin un solo gol anotado.

Alemania dio mejores muestras de desempeño y contundencia durante la primera fase y la ronda eliminatoria, pero terminó cayendo, como en los últimos años, ante España.

La semifinal entre franceses y españoles parecía en el papel bastante pareja, pero por el rendimiento demostrado durante la competición, Francia llegó con muchísimas dudas y España con un juego de conjunto impecable. El favoritismo francés antes del arranque del torneo estuvo sustentado más en los nombres que en el fútbol que pudo desarrollar durante la Eurocopa, y se tuvieron que ir a casa.

La final enfrentó a España e Inglaterra. El conjunto inglés, como casi siempre, contaba con una plantilla llena de nombres espectaculares, pero que jamás pudieron compenetrarse de la mejor forma. Rescataron muchos partidos sobre la hora y apelaron al talento individual para poder lograrlo. En cambio, España siempre fue fiel a la unidad futbolística sustentada también en dos estandartes que se consagraron durante este proceso: Nico Williams y Lamine Yamal, este último, con 17 años, cumplidos un día antes de la final.

Los reflectores y el reconocimiento se fueron completamente con España y sus jóvenes extremos, quienes, a base de goles, asistencias, regates, velocidad y talento, evidenciaron que están listos para demostrar que pueden sentarse en la mesa de los mejores del mundo, esa mesa en la que ya no estarán más Messi ni Ronaldo.

El fin de este verano también puede marcar la última gran competencia de estas leyendas del fútbol.

Habrá un momento después para dedicar un espacio a esta gran rivalidad, pero sobre todo al enorme talento y legado que han dejado. Mientras tanto, nos queda hacernos a la idea de dejar de ver el fútbol sin ese recorte en corto, pelota pegada al pie y zurda exquisita para definir o poner un pase de gol; ni la potencia, trabajo duro, regate y capacidad de liderazgo.

Que el tiempo nos juzgue a quienes durante muchos años nos dedicamos a compararlos mientras creíamos disfrutarlos.