13 diciembre 2024

La trampa del consumismo

La necesidad de encajar en la sociedad o sentir que nuestro valor depende de la cantidad de cosas que poseemos, un mensaje constantemente reforzado por las redes sociales y la publicidad, constituye una trampa peligrosa. Este fenómeno nos lleva a adquirir artículos de forma incontrolada, innecesaria y exagerada, muchas veces a costos que exceden nuestros ingresos y presupuesto. Esto puede derivar en deudas muy elevadas, a veces impagables, y en una serie de problemas colaterales como ansiedad, depresión y otras preocupaciones relacionadas con el cumplimiento de pagos.

La insatisfacción constante o la creencia de que el éxito depende de las posesiones materiales nos convierte en enemigos del planeta y en causantes de la crisis ambiental actual. Comprar para sentirnos satisfechos, “a la moda” o “exitosos” genera emociones pasajeras que buscamos repetir, perpetuando un ciclo de consumo constante y cada vez más costoso. Este fenómeno, conocido como consumismo, tiene consecuencias graves para el medio ambiente y los recursos naturales.

En México, el consumismo es evidente en sectores como la moda rápida. Según un estudio de Appinio, el 28% de los mexicanos compra ropa entre dos y tres veces al mes, mientras que más del 80% de los hogares repite la compra de ropa y calzado de forma habitual. El gasto promedio en moda en línea en México oscila entre 201 y 1,000 pesos mexicanos, y el consumo de ropa a través de internet aumentó del 8% al 9.5%.

Este comportamiento tiene un alto costo ambiental. La moda rápida contribuye a la contaminación, la deforestación y la escasez de recursos naturales. Greenpeace señala que cada año se producen 380 millones de toneladas de plástico en el mundo, de las cuales 12.7 millones llegan a los océanos, afectando la vida de más de 700 especies. En cuanto a la industria tecnológica, la obsolescencia programada fomenta la sustitución de productos en lugar de su reparación. Según la ONU, México es uno de los mayores generadores de basura electrónica, con un promedio de 3.2 kilogramos anuales por habitante. De las más de 1,032 toneladas de desechos electrónicos generadas anualmente, menos del 17% se recicla.

El impacto de nuestra ropa y calzado en la salud del planeta también es alarmante. Cada año se fabrican 100 mil millones de prendas de vestir, y el consumo individual ha aumentado en un 60% en comparación con hace 15 años.

Es urgente crear conciencia sobre el exceso de consumo innecesario. Es fundamental aplicar estrategias de reciclaje, evitar gastar más de lo que ingresamos, planificar nuestras compras y adquirir únicamente lo que realmente necesitamos. Solo de esta manera podremos romper el ciclo del consumismo y mitigar sus efectos sobre nuestra economía y el medio ambiente.