06 diciembre 2024

Hablemos de la depresión: rompiendo el estigma y la ignorancia

Hablar de la depresión es necesario para romper el estigma y concienciar a las personas, evitando que la ignorancia cause daño.

La sociedad, con comportamientos y palabras negativas hacia quienes padecen depresión, desvaloriza sus sentimientos con frases como: "¡Estás loco(a)!", "¡Qué débil eres!", "¡Con tan poco ya estás de llorón!", o "¡Los hombres no lloran, somos fuertes y la cabeza que debe solucionar todo!". Estas expresiones generan vergüenza y miedo a buscar ayuda profesional, lo que lleva a muchas personas a no recibir la atención y el tratamiento adecuados. Esta peligrosa decisión puede desembocar en el suicidio, una tragedia que podría evitarse.

Es fundamental entender que la depresión es una enfermedad. Así como existen enfermedades del corazón que trata un cardiólogo, del estómago que atiende un gastroenterólogo, o de los ojos que diagnostica un oftalmólogo, la depresión está relacionada con el cerebro y las emociones, y debe ser atendida por profesionales de la salud mental. Darle la importancia que merece requiere un esfuerzo colectivo. Esto incluye hacer un llamado a las instituciones públicas de salud para que cuenten con personal suficiente y especializado en salud mental, y a las instituciones educativas para que ofrezcan áreas de atención integral. Además, las autoridades en todos los niveles deben crear campañas de concienciación e información sobre la depresión y la ansiedad, erradicando el tabú y evitando minimizar el problema.

Como sociedad, debemos empatizar con quienes la padecen. En lugar de burlarnos, señalarlos o avergonzarlos, debemos ofrecer confianza para abordar el tema. Se trata de acercarnos con respeto, brindar acompañamiento y canalizarlos hacia la ayuda profesional que necesitan.

Un simple "Hola", "Te quiero", "Eres valioso en mi vida", o "Valoro mucho lo que haces día a día", puede marcar la diferencia. Reconocer que "todas tus emociones son válidas" o que "llorar no te hace frágil, sino más humano", rompe barreras y fomenta la comunicación. Si percibimos que alguien no está bien, debemos atrevernos a entrometernos de forma positiva, no para husmear en su vida, sino para comprender su situación y ayudar.

Según la Organización Mundial de la Salud, más del 4% de la población mundial padece depresión.

En México, el INEGI estima que este trastorno representa la primera causa de discapacidad para las mujeres y la novena para los hombres. Además, el 9.2% de la población ha sufrido depresión. Una de cada cinco personas padecerá esta enfermedad antes de los 75 años, con tasas más altas entre jóvenes. Se calcula que 34.85 millones de personas en el país se han sentido deprimidas, de las cuales 14.48 millones son hombres y 20.37 millones son mujeres. Sin embargo, lo más preocupante es que solo 1.63 millones toman antidepresivos, mientras que 33.19 millones no reciben atención alguna.

La prevalencia de depresión es mayor en mujeres que en hombres, especialmente entre los 40 y los 59 años. Dos de cada diez mujeres padecen depresión durante el embarazo o el posparto, y las tasas aumentan entre separadas, divorciadas o viudas.

Enfrentar la depresión requiere un cambio cultural que fomente la empatía y elimine el estigma. Hablar de la enfermedad, reconocer su gravedad y ofrecer apoyo emocional son pasos esenciales para construir una sociedad más comprensiva. La empatía, junto con el acceso a atención profesional, puede salvar vidas.