¿Te has preguntado si realmente existe una buena conexión sexual con tu pareja? ¿Qué puedes hacer para mejorarla?
Durante muchos años, la sexualidad ha sido un tema tabú, especialmente para las mujeres. A muchas no se les permite hablar sobre ello, investigar, preguntar, ni mucho menos expresar lo que les gusta. Por eso, es fundamental derribar estas barreras, hablar abiertamente y normalizar la comunicación asertiva sobre sexualidad. Esto puede contribuir a relaciones más sanas, bienestar y estabilidad en pareja, además de prevenir enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y permitir una búsqueda compartida del placer, basada en decisiones consensuadas y respetuosas.
El intercambio de opiniones en este ámbito debe ser directo, honesto y basado en la confianza, evitando juzgar o señalar. Sin embargo, debido a la crianza y al arraigado machismo, muchas mujeres aún sienten temor de expresar sus preferencias a sus parejas: cómo les gusta, dónde, cuándo, o incluso pedir el uso de preservativos. Este simple acto puede estar cargado de vergüenza o miedo a ser etiquetadas como "fáciles", "pervertidas" o "locas". Y si el tema se amplía a hablar de fantasías en pareja o del uso de juguetes sexuales, las dificultades para abordar el diálogo suelen aumentar.
El consentimiento es otro aspecto clave, aunque todavía malentendido por muchos hombres, pese a su sencillez: “NO ES NO”. El machismo ha perpetuado la idea de que un saludo amable, una copa de vino, una minifalda o un vestido escotado son invitaciones para la intimidad. Pero esto es completamente falso. Las mujeres tienen derecho a divertirse, a vestirse como deseen, a salir por la noche y a vivir libres de violencia. Ni el maquillaje ni la ropa definen el valor de una mujer, mucho menos su consentimiento sexual. Además, es inaceptable que se asuma que por ser novia, esposa o pareja, una mujer sea "propiedad" de alguien y que pueda ser forzada a tener sexo en cualquier momento y lugar. Eso también es violación.
Para lograr una verdadera satisfacción sexual —y subrayo "verdadera"— es esencial una comunicación asertiva. Las cifras en México son alarmantes: más del 54% de las mujeres nunca ha tenido un orgasmo. En Latinoamérica, el 30% de las mujeres tampoco lo ha experimentado. Esto refleja que muchas mujeres fingen, se quedan con las ganas o no logran culminar porque, en muchos casos, la pareja asume que su propia satisfacción implica automáticamente la de ella. Es importante entender que la sexualidad va mucho más allá del acto mecánico; es un espacio para explorar, imaginar y compartir.
Asimismo, problemas como la eyaculación precoz, o los efectos de relaciones anteriores que dañaron la autoestima, deben hablarse sin temor ni vergüenza. La pareja puede trabajar junta para encontrar alternativas y superar estas dificultades.
Hablar sobre sexualidad requiere madurez y tranquilidad. Escuchar y conocer las preferencias de la otra persona —sus gustos, deseos, y límites— es vital para fortalecer la relación. Esto incluye evitar preguntas que culpan o prejuzgan, como: “¿Quién te enseñó eso?”, “¿Dónde lo aprendiste?” o “¿Con cuántas personas has estado?”. Estas actitudes no solo invalidan a la pareja, sino que obstaculizan la comunicación. Expresar deseos y preferencias no implica experiencia previa; significa honestidad y confianza para abrir el diálogo.
Dejando de lado los prejuicios y construyendo una comunicación sexual asertiva, será posible alcanzar una vida plena y feliz en pareja. Hablar, escuchar y respetar son claves para lograrlo.