¿Has escuchado frases como estas?: "¡Estás loca, eres una celosa, tóxica!", "¡Ya vas a exagerar otra vez!", "¡Viste mal, te lo imaginaste!", "¡Eres una manipuladora!", "¡Te equivocaste, no fue así, estás malinterpretando!"
Esto se llama Gaslighting , un término que proviene de la obra teatral de 1938 Gas Light o Luz de Gas. En la trama, un marido intenta convencer a su esposa y a otras personas de que está loca cuando atenúa las luces de gas, haciéndole creer que se lo está imaginando.
El Gaslighting es una forma de manipulación que no se limita solo a las relaciones de pareja; también puede ocurrir en el entorno familiar, laboral e incluso entre amistades. Su objetivo es dominar y controlar a la otra persona. Si la víctima se opone a ser atacada, el manipulador aumenta el tono, ofreciendo mínimas dosis de afecto para luego culparla, generando una relación de codependencia en la que la víctima llega a justificar al agresor y a pensar que ella es la que no hace las cosas bien, o que es exagerada y loca.
¿Cómo puedes identificar los signos de alerta que indican que estás siendo manipulada mediante Gaslighting ? Algunos son fáciles de reconocer: dudas constantemente de ti misma, te disculpas repetidamente sin motivo, piensas que eres demasiado sensible o que tomas las cosas muy a pecho, justificas el comportamiento de la otra persona, te cuesta ser asertiva y tomar decisiones simples, sientes que nada te sale bien y que no puedes hacer las cosas correctamente. Si te identificas con estos síntomas, es crucial que valores tu bienestar emocional y, si es necesario, busques ayuda profesional y apoyo en tu red Violeta.
El Gaslighting se desarrolla en tres etapas: idealización, devaluación y descarte.
Idealización: En esta etapa, todo parece perfecto. La pareja muestra una cara maravillosa, te idealiza y te presenta un mundo que supera tus expectativas. Sientes que estás viviendo una vida de ensueño.
Devaluación: Esta es la etapa más brutal y dolorosa, ya que te destruye emocional y psicológicamente. Después de haberte elevado a la cúspide, la pareja comienza a hacerte sentir menos, culpable de todo. Te confunde y te hace pensar que nada te sale bien, que eres responsable de todos los problemas. Esto daña tu autoestima, te debilita y te hace sentir que tú eres el problema.
Descarte: Esta etapa suele venir acompañada de la devaluación. Es cuando el manipulador finalmente te deja caer, desechando la relación.
Los ejecutores del Gaslighting suelen ser personas narcisistas o violentas. Un narcisista generalmente surge de experiencias de abandono o falta de validación, lo que lo lleva a buscar admiración, superioridad y omnipotencia. Los violentos, por otro lado, no pueden establecer relaciones genuinas, ya que solo buscan satisfacer sus propios intereses, sin empatía hacia la otra persona.
Si esta información te ha hecho reflexionar, es natural sentir el impulso de correr o huir, pero también es comprensible que salir de una relación de codependencia no sea fácil. Medita bien tu situación y recuerda: en una relación de pareja, es responsabilidad de ambos solucionar las diferencias y problemas con comunicación; deben ser un equipo contra el problema, no cada uno en contra del otro. Además, no tienes por qué disculparte por sentirte triste, ser sensible o llorar. Nadie tiene el derecho de validar o invalidar tus emociones o decirte cómo deberías sentirte. No justifiques todo. No te alejes de tus redes de apoyo; las redes violetas salvan vidas. Y nunca dudes en pedir ayuda.