28 mayo 2025

Violencia política contra las mujeres en razón de género: un breve análisis

En 2014, México vivió un hecho histórico para las mujeres en la política: se elevó a rango constitucional la paridad de género, lo que garantiza que el 50% de las candidaturas a nivel nacional, estatal y municipal sean para mujeres. Los partidos políticos están obligados a postular candidatas a presidentas municipales, síndicas, regidoras, diputadas locales, gobernadoras, diputadas federales, senadoras y, el cargo más honorífico, presidenta de la República.

Este acto histórico trajo consigo cambios visibles, especialmente a nivel local, donde se observa un mayor número de presidentas municipales, síndicas y regidoras. Estas autoridades son las más cercanas a la ciudadanía y pueden intervenir directamente para mejorar nuestras comunidades. Sin embargo, no todo ha sido sencillo. Muchas de estas mujeres en la política han sido víctimas de violencia política en razón de género.

Según el Protocolo para la Atención de la Violencia Política del INE, la violencia política contra las mujeres comprende aquellas acciones u omisiones dirigidas a una mujer por su género, que impactan de manera diferenciada en ella, con el objetivo de menoscabar o anular sus derechos político-electorales, incluyendo el ejercicio del cargo. Esta violencia puede manifestarse en formas físicas, psicológicas, simbólicas, sexuales, patrimoniales, económicas o feminicidas.

En el Estado de México, especialmente en municipios del nororiente, como Teoloyucan y Tepotzotlán, regidoras de oposición han denunciado públicamente en sus redes sociales que el gobierno en turno obstaculiza su labor. En sesiones de cabildo, se les niega el acceso a la información, se presume opacidad en los datos o se les entrega la orden del día sin los anexos correspondientes, lo que genera incertidumbre y pone en riesgo sus decisiones, las cuales podrían ser objeto de observaciones administrativas en el futuro. Además, cuando estas mujeres alzan la voz, se enfrentan a campañas de desacreditación en redes sociales, con “perfiles falsos” que atacan su vida personal y su aspecto físico, poniendo en duda su capacidad para gobernar y su honorabilidad.

Lamentablemente, muchas personas se suman a estas campañas de desprestigio, lo que hace crucial abordar este tema en el debate público. Antes de comentar, reaccionar o compartir una publicación de este tipo, debemos analizar el contexto, ya que la ciudadanía puede estar ejerciendo violencia política sin ser consciente de ello. Es momento de tomar conciencia sobre nuestro rol en el ciberespacio, pues la vida pública es asunto de todas, todos y todes.

Las mujeres en política sabemos de la lucha histórica de las sufragistas mexicanas desde 1953, cuando se reconoció el derecho al voto femenino. Esta lucha nos invita a reflexionar y a sensibilizar a la ciudadanía, mediante nuestras redes sociales, sobre la importancia de erradicar la violencia en todos sus ámbitos, especialmente en la vida pública. Debemos actuar de manera sorora, empática, respetuosa de la ley, y denunciar cualquier publicación que denigre a las mujeres políticas. Hoy en día, ellas son más vulnerables e intimidadas que sus homólogos masculinos. El ciberactivismo político hacia las mujeres promueve estos valores y fomenta una participación política sana, justa y libre de violencia.