5 junio 2025

¿Qué es el amor y quiénes son los que aman?

El amor: órbita cerrada en su propio ritual.
Mario Benedetti

Con estas líneas no pretendo cambiar la forma de pensar de nadie, pero sí deseo invitar a una reflexión sobre qué es el amor y quiénes son los que aman. ¿Es suficiente reflexionar simplemente sobre el amor si todas y todos somos capaces de amar, independientemente de la edad o de la etapa de desarrollo en que nos encontremos? ¿Podemos hablar de amor cuando persisten sentimientos contrarios como la ira, la frustración, la indiferencia, el miedo, el odio, el rencor o la desesperanza, ya sea hacia uno mismo o hacia los demás?

Existen innumerables obras literarias que han abordado el amor: la poesía, el ensayo, la música, el cine, las artes plásticas, el teatro... En muchas películas, sin embargo, el amor suele ir acompañado de la tragedia, en lugar de ser representado como un sentimiento que genera bienestar, especialmente si piensa en las nuevas generaciones. De modo similar, algunas canciones expresan el amor desde el reclamo o la frustración. ¿Y qué podemos decir de la poesía? Desde tiempos de Platón ha sido objeto de fuertes críticas. Algunos la consideraban engañosa, una falacia, al no existir —según ellos— una conexión estricta entre el sentimiento poético y la razón. Esto llevó a suponer que el amor era un asunto superfluo o innecesario.

Erich Fromm, en su obra El arte de amar, nos dice: “El problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar” (2003, p. 13-14). Al leer estas líneas, me costó entenderlas, o quizás me resistía a aceptar esa cruda verdad sobre el amor. Yo puedo decir que he amado de forma incondicional, sin esperar nada a cambio. Desde mi experiencia, lo difícil no es amar, sino que te amen de verdad, sin exigencias, sin condiciones. Fromm afirma que lo complejo no es amar, sino ser amado, y coincido con esta postura: amar debería ser libre de toda negociación. El amor no es un intercambio. Es un sentimiento que, desde mi vivencia, nace del alma, del corazón, de la humildad y del deseo profundo de estar bien consigo mismo y con el otro, en un acompañamiento mutuo y sincero.

Sobre este mismo tema, la escritora y filósofa estadounidense Susan Sontag afirma: “Nada es misterioso. Ninguna relación humana. Excepto el amor (Jiménez, 2014, s/p a). En la novela María, de Jorge Isaac, el amor se presenta como un ideal elevado, una combinación de pasiones, idealismo y sacrificio. Antoine de Saint-Exupéry, escribió: “El amor no consiste en mirarse el uno al otro, sino en mirar juntos en la misma dirección” (Jiménez, 2014, s/p b).

Pero, ¿qué es el amor? Para mí, el amor es un suspiro constante que surge sin necesidad de preguntas ni respuestas. Es un sentimiento que habita el cuerpo, el alma, el corazón, está ahí, presente. Me recuerda que soy parte de algo más grande, intangible, que se ajusta a mis necesidades, a mis penas, a mis debilidades. Me ha dado las fuerzas para seguir adelante. ¡El amor me ha permitido reconocer la otredad, admirar las fortalezas de los demás y sonreír con ello!

A lo largo de mi vida, he amado a personas sin vínculo consanguíneo. Recuerdo un caso particular que me marcó profundamente: sentí asombro, frustración y desolación. Fue una crisis existencial. Me vi en una encrucijada: continuar o despertar de un sueño en el que todo parecía blanco y perfecto. Surgieron preguntas que exigían respuestas… ¿A qué me refiero?

En mi adolescencia inicié una relación de noviazgo que se tornó amorosa, libre, compartida, de contención. Me sentía feliz, tenía la oportunidad de aprender del vínculo como experiencia social. Sin embargo, todo cambió abruptamente cuando la persona con quien compartía la relación me exigió cosas que no coincidían con mi idea de una relación amorosa. Fue triste. Sentí que mi mundo se derrumbaba: los lugares que había conocido, las amistades, los espacios compartidos… todo desaparecería si no accedía a lo que se me exigía. No deseo citar a ningún teórico, pero lo que estuve a punto de experimentar fue un claro caso de condicionamiento. Me alejé sin pensarlo dos veces. Simplemente me fui, sin mirar atrás.

He escuchado historias similares a la mía y me pregunto: ¿quiénes aman? ¿El amor es sólo cosa de mujeres? ¿Es un sentimiento del que algunos hombres carecen? ¿O será que tal vez no saben amar? ¿O piensan que el sentirse amados les da derecho a imponer, a ejercer poder?

No quiero reducir el amor únicamente a los vínculos de pareja. Mujeres y hombres establecemos diferentes vínculos a lo largo de nuestras vidas, en distintos escenarios y contextos. Si actuáramos desde el amor, creo que nuestras decisiones promoverían salud mental, tanto personal como colectiva.

Martha Alicia Chávez, en su libro Tu hijo, tu espejo. Un libro para padres valientes, relata un episodio conmovedor: durante una sesión de terapia, un hijo adulto le dice por primera vez a su madre “Mamá, te quiero mucho”, y ella le responde: “Es tu obligación quererme, ¡después de todo lo que he hecho por ti!” (2004, p. 40).

si deseamos que nuestros hijos sean buenas personas y generosos con nosotros y con los demás, primero deben recibir amor de parte nuestra… También expresa que los momentos en que ha sentido el amor más sublime, perfecto e incondicional han sido con sus hijos, momentos en los que ha tocado su alma y ha sentido con certeza: “Esto debe ser amor verdadero” (Chávez, 2004, p.41).

Hablar del amor no es algo nuevo. A lo largo de la historia, la humanidad ha reflexionado sobre este sentimiento. Sin embargo, hoy más que nunca, necesitamos pensar en lo que está ocurriendo con el amor. Somos testigos de desencuentros entre padres e hijos, entre parejas, entre hermanos, entre quienes comparten una relación de amistad o noviazgo. Lo vemos en nuestra sociedad, que es nuestra gran casa. ¿Qué pasó con ese impulso y esa motivación de los que hablaba Helen Fisher? ¿Será que el amor está ausente de nuestros corazones? ¿Que algunos no saben lo que es? ¿O que otros se resisten a dejarse impregnar por él?

Desde mi perspectiva, el amor es un sentimiento fuerte, profundo y poderoso, capaz de transformar a personas, familias, comunidades y sociedades enteras.

Referencias
Chávez, M.A. (2004). TU HIJO, TU ESPEJO. Un libro para padres valientes. https://leerenalbatros.wordpress.com/wp-content/uploads/2008/12/27002134-tu-hijo-tu-espejo.pdf
Fromm, E. (2003). El arte de amar. https://www.google.com.mx/books/edition/El_arte_de_amar/am4OS16SXdAC?hl=es&gbpv=1&pg=PA5&printsec=frontcover
Jiménez, S. M. (2014). ¿Qué es el amor? https://surl.lu/rpyimn