Óscar Urtusástegui se ha consolidado como una figura clave en el ámbito artístico y activista de la Ciudad de México. Como director ejecutivo del Coro Gay de la Ciudad de México, ha transformado este colectivo en un bastión de visibilidad y resistencia, no solo para la comunidad LGBTQ+, sino también para todas las personas que encuentran en el arte una forma de expresión y reivindicación social. Su experiencia y compromiso se han convertido en los pilares que sustentan su liderazgo y el crecimiento del coro, cuyo impacto va más allá del escenario.
La influencia cultural de Urtusástegui comenzó en su propio hogar. Hijo de Tomás Urtusástegui, multipremiado autor de teatro, creció inmerso en el arte y las redes culturales. Este contexto le enseñó desde joven que el arte es una herramienta poderosa para cuestionar normas y expresar identidades. "El arte siempre ha sido, para mí, un acto de protesta, de visibilización y de sanación colectiva", señala Urtusástegui, destacando su enfoque en el potencial del arte como un acto de resistencia y empoderamiento. Este aprendizaje temprano definió su perspectiva sobre el arte, una perspectiva que, años después, guiaría su trabajo al frente del Coro Gay.
Su entrada al mundo del canto coral no fue planeada. Recibió la invitación de Luis Domínguez, integrante y fundador quien era parte de un coro de música tradicional, pero con la inquietud de crear un nuevo concepto. Con 12 personas en el primer ensayo, nace el Coro Gay de la Ciudad de México, que se convertiría en una plataforma, artística y, sobre todo, un vehículo de activismo social. Un referente de la lucha por los derechos LGBTQ+ en México, un país donde la homofobia y la discriminación continúan siendo desafíos cotidianos.
El Coro Gay de la Ciudad de México, ha adoptado un enfoque de "artivismo" (activismo a través del arte). Más que un grupo musical, el coro es una plataforma para visibilizar la diversidad sexual y desafiar los estereotipos asociados a la comunidad LGBTQ+. Este enfoque ha permitido que el coro adquiera un significado profundo para sus miembros y para quienes asisten a sus presentaciones. "No somos solo cantantes; somos un equipo de activistas que usamos nuestras voces para desafiar los estereotipos y, en última instancia, para crear un México más inclusivo", afirma Urtusástegui.
Este activismo se refleja en cada una de sus presentaciones, desde eventos en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris hasta presentaciones en espacios públicos en contextos vulnerables como Ciudad Nezahualcóyotl. El coro se ha presentado ante más de 25 mil personas ya que también le han abierto a figuras del espectáculo como Eugenia León o Gloria Trevi. El coro en una muestra de cómo el arte puede llegar a audiencias amplias y diversas. "Cantar frente a una audiencia tan numerosa siempre nos recuerda que el arte puede tocar, inspirar e incluso cambiar perspectivas", dice Urtusástegui, resaltando el impacto emocional y social de sus actuaciones. También se ha presentado de la mano de artistas como Mónica Naranjo, Regina Orozco y Morgana, lo que les ha brindado la oportunidad de alcanzar a un público más amplio.
Uno de los elementos más singulares del Coro Gay de la Ciudad de México es su diversidad interna. Con 88 integrantes de distintas edades, orientaciones y contextos, el coro representa un microcosmos de la sociedad mexicana. Este ambiente diverso y abierto permite a sus miembros experimentar una convivencia enriquecedora y desafiante. Para Urtusástegui, esta comunidad es fundamental, ya que ofrece un espacio donde la diversidad se celebra. "Aquí es un espacio para todos, todas y todes; no importa de dónde vengas ni a quién ames. Este coro es un espacio de inclusión y de resiliencia", explica.
El Coro Gay de la Ciudad de México ha logrado posicionarse como un referente cultural en la capital mexicana. Con cada presentación, el coro desafía los prejuicios de una sociedad tradicional y abre espacios para la conversación sobre temas de género y diversidad. En un contexto donde el machismo y la homofobia son problemas arraigados, el coro representa una luz de esperanza y un ejemplo de cómo el arte puede impulsar el cambio social. Urtusástegui y su equipo han llevado el mensaje del coro a diversos espacios, incluyendo centros de readaptación social, escuelas y eventos comunitarios en áreas marginales. A través de su música, han logrado acercar temas de diversidad e inclusión a públicos que, de otro modo, no estarían expuestos a este tipo de discurso. "Llevar nuestra música a lugares fuera del circuito cultural tradicional nos permite conectar con personas que no suelen tener acceso a este tipo de mensajes", comenta Urtusástegui, subrayando la importancia de expandir la misión del coro a todos los rincones de la ciudad.
El Coro Gay de la Ciudad de México ha sentado las bases para que este colectivo continúe creciendo y ampliando su impacto. Con miras al futuro, tienen planes de expandir el alcance del coro, llevando sus presentaciones a otras partes de México y del mundo. Esta proyección internacional permitiría compartir el mensaje de inclusión y diversidad en un contexto global, inspirando a otros colectivos a adoptar el artivismo como una herramienta de cambio.
Asimismo, busca establecer alianzas con instituciones culturales y educativas para fomentar una mayor comprensión y respeto hacia la comunidad LGBTQ+. "Queremos que el coro sea un ejemplo de cómo el arte y el activismo pueden ir de la mano para generar un impacto positivo en la sociedad", expresa Urtusástegui, destacando su visión de un futuro en el que el coro no solo sea reconocido por su calidad musical, sino también por su contribución al cambio social. Además, menciona que gran parte del alcance que ha tenido el coro a nivel nacional se debe a la guía y aprendizajes obtenidos en el programa Imaginación en movimiento de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México: “Imaginación en movimiento nos ayudó a encontrar los caminos adecuados para encontrar espacios para ensayar, pero también nos ayudó a tener estructura, objetivos claros y formar alianzas”, afirma Urtusástegui.
La trayectoria de Óscar Urtusástegui con el Coro Gay de la Ciudad de México es un testimonio del poder del arte para transformar vidas y desafiar prejuicios. Su liderazgo ha convertido al coro en un espacio de resistencia, inclusión y satisfacción para sus miembros y para el público que los escucha. En un país donde la discriminación aún es un desafío constante, Urtusástegui y el coro siguen demostrando que la diversidad es una fuerza que puede unir, inspirar y fortalecer a la sociedad.
Óscar es enfático en dar cuenta de que el Coro es un proyecto que funciona colectivamente. Es gracias al esfuerzo de cada una, uno, une de sus integrantes que este proyecto ha impactado en la vida de miles de personas en México y el mundo.
Si aún tienen dudas en emprender un proyecto de arte, Óscar les aconseja:
“Atrévanse a hacerlo”. Lo más gratificante es tocarles el corazón y cambiarles la vida a otras personas. La idea es crear espacios seguros, y el arte te llena el corazón, te apasiona. Me he atrevido a hacer cosas que nunca pensé hacer, y eso ha sido gracias al arte. Mi papá, a los 50 años, siendo médico, se dedicó a hacer cosas con el teatro, y con base en mucho trabajo constante, mucha dedicación, mucho empeño y permitiéndose soñar, logró alcanzarlas. Ningún trabajo da tanta satisfacción como dedicarse al arte”.
El Coro Gay de la Ciudad de México representa un modelo de activismo cultural que trasciende las barreras de la orientación sexual y el género, mostrando que el arte tiene el poder de cambiar el mundo. Gracias al compromiso de Urtusástegui, este proyecto se mantiene como una faro, una manifestación de esperanza en la lucha por un México más justo, inclusivo y lleno de música.