Adiós Roma-Condesa

La Ciudad de México, con su vastedad y diversidad es todo y más de lo que se encuentra en la Roma, Condesa, Juárez o Polanco. Sin embargo, una tendencia creciente a centralizar la vida urbana en estas áreas ha llevado a una narrativa monótona que ignora las ricas dinámicas sociales y culturales que se desarrollan en el resto de la ciudad. Esta centralización no solo refleja una visión limitada de lo que significa vivir en la capital, sino que también exacerba problemas de gentrificación y desarraigo comunitario.

En la Ciudad de México, la atención mediática y cultural parece haberse fijado en unos pocos metros cuadrados. Roma y Condesa, con sus cafés de diseño, galerías de arte y restaurantes de moda, son el epicentro de una narrativa urbana que celebra lo hip y lo moderno. Polanco, con su lujo y exclusividad, y Juárez, emergente con su propio atractivo diverso, completan este cuadro de moda. Sin embargo, esta obsesión con unos cuantos barrios deja de lado las realidades y las riquezas de otras zonas de la ciudad. La CDMX se compone de 16 alcaldías que integran a 1,812 colonias, cada una de ellas con peculiaridades e identidad propia. No se comprende, sino por un interés mercantil exacervado, que los grandes y medianos medios de comunicación centren sus recomendaciones, reseñas y crónicas a apenas tres o cuatro.

La vida en la Ciudad de México ha sido históricamente un centro de encuentro y en su interior convergen mercados, plazas, jardínes, restaurantes, cantinas, bares, museos, biblotecas, esculturas, iglesias, tianguis, corredores comerciales y un sinfín de otros espacios públcios que la convierten en una de las metrópolis más atractivas para el turismo urbano.

Los estigmas y el clasismo son obstáculos para conocer una ciudad llena de sorpresas, experiencias y diversidades. Estamos convencidos de que esa diversidad, esa mixtura, esa miscelánea de opciones son la caracterísitca más pura de la ciudad y en la sección Urban nos proponemos visibilizar todo lo que esté en nuestro alcance para abonar a que la Ciudad de México se conozca más allá de lo estereotipado.

No hay forma de hablar del turismo urbano sin atender la cuestión de la gentrificación. La Miscelánea MX se suma a la lucha contra el desplazamiento forzado por razones económicas y a la demanda por políticas públicas que frenen este fenómeno que no sólo implica el desplazamiento físico de los residentes, sino también un desplazamiento cultural y político que fomenta espacios menos inclusivos, más homogéneos y segrega al grueso de la población a zonas específicas. Es fundamental repensar cómo concebimos la vida urbana. La centralización en unos pocos cuadrantes distorsiona nuestra comprensión de la ciudad, margina a grandes sectores de la población y empobrece la cultura. Necesitamos una visión más inclusiva que reconozca y celebre la diversidad de la Ciudad de México en su totalidad.

Para contrarrestar los efectos negativos de la centralización y la gentrificación, es esencial revitalizar y apoyar los espacios públicos y comunitarios en toda la ciudad. Los mercados y tianguis, por ejemplo, son de los espacios que dotan de mayor identidad a la ciudad. No son sólo lugares de comercio, son también centros culturales en el que convergen una gran parte de las y los habitantes de la ciudad y que poseen dinámicas propias y únicas.

El proyecto de la Ciudad de México es el de una metrópolis inclusiva y diversa, donde todas las voces y experiencias son valoradas. Para lograr esto, es crucial descentralizar la vida urbana y redistribuir los recursos y la atención mediática a todas las áreas de la ciudad. Esto no solo enriquecerá nuestra comprensión de lo que significa vivir en la capital, sino que también fomentará una mayor equidad y mayores expresiones culturales.

Ante el crecimiento de grupos antiderechos, nos asignamos la tarea de pensar la diversidad desde todas sus aristas. La diversidad significa que nadie debe estar excluido por ningún tipo de condición y también significa que la vida urbana de la Ciudad de México abarca desde Malacates, Gustavo A. Madero, hasta Parres el Guarda, Tlapan. Desde la Agrícola Pantitlan, Iztacalco, hasta San Pablo Chimalpa, Cuajimalpa. Ante la avasallante diversidad que contiene la ciudad, nos oponemos categóricamente a seguir reproduciendo la falsa idea de que lo que vale la pena conocer de la ciudad se encuentra entre Insurgentes Sur y el Bosque de Chapultepec.